09 Nov Gestión forestal sostenible y desarrollo rural
Mucho se habla de la España vaciada y de la importancia de convertir el medio rural en un medio de vida para su población, evitando el éxodo hacia las ciudades. Por otro lado, uno de los principales factores a los que se debe la desaparición, degradación o abandono de muchos bosques es que estos no aportan valor a las poblaciones cercanas o a sus propietarios.
La respuesta a ambas problemáticas se encuentra en la gestión forestal sostenible, un concepto clave que genera beneficios tanto a nivel medioambiental como socioeconómico.
Recurso natural sostenible
El eucalipto se ha convertido en una de las especies forestales de mayor proyección en la península Ibérica. Gracias a su rápido crecimiento, permite abastecer las demandas de diversos sectores productivos (madera, tableros, celulosa…). En el corto plazo, se posiciona como un recurso natural sostenible para producir productos derivados de la lignina y las nanocelulosas, que permitirán sustituir productos basados en hidrocarburos, en la búsqueda de una economía circular, más comprometida con el medio ambiente.
Por ello, es crucial alcanzar un equilibrio entre la conservación ambiental, el aprovechamiento de un recurso natural clave en la economía circular y el necesario beneficio económico para las poblaciones rurales.
Empleo y riqueza
Es España, las plantaciones locales de eucalipto generan más de 5.000 empleos directos y más de 16.000 indirectos en el ámbito rural. La gestión forestal sostenible y el desarrollo rural, por tanto, están íntimamente ligadas:
- Mejora el estado de conservación de los montes en el ámbito rural, evitando montes degradados.
- Combate el abandono forestal y la propagación de incendios. Si un monte genera beneficio económico a sus propietarios se continuará velando por su cuidado, limpieza y replantado.
- Fija población al rural, generando empleo y riqueza.
- Contribuye en la recuperación de suelos degradados e improductivos. Mediante una buena gestión forestal sostenible se permite a la propia naturaleza su regeneración y conservación, ayudando así a mantener la biodiversidad y contribuyendo a reducir los gases de efecto invernadero producidos.
- Contribuye al desarrollo económico y social.
