Mitos y verdades

El eucalipto es una especie alóctona

El eucalipto es una especie alóctona, al igual que otras muchas que se cultivan en España y originariamente proceden de otras zonas del mundo. La utilización del eucalipto cultivado en España por parte de la industria en distintos sectores como el energético, madera, papel…, evita la importación de la materia prima. Esto minimiza la huella de carbono al tiempo que reporta beneficios socioeconómicos a los propietarios de los cultivos.

El eucalipto no consume más agua que otros árboles autóctonos

El eucalipto en realidad es mucho más eficiente en su consumo de agua que otros árboles. Tiene la capacidad de desarrollarse en condiciones hídricas deficientes, mientras que otras especies frenan o paralizan su crecimiento. De hecho, el eucalipto consume mucha menos agua que los cultivos agrícolas y presenta cualidades de las que carecen otras especies forestales: intercepta menos lluvia (más agua llega al suelo por su tronco, sus hojas colgantes y copas poco espesas) y es capaz de captar el agua de la niebla a través de sus hojas.

Los eucaliptos no arden más que otras especies autóctonas

El eucalipto no es más inflamable que otras especies. En estudios basados en las experiencias desarrolladas por el Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias (INIA), el eucalipto, la encina y el pino carrasco están catalogados en el mismo grupo según su inflamabilidad, igualados incluso por el alcornoque durante los meses de verano.

 

La mayor o menor inflamabilidad de las especies arbóreas no es el factor fundamental que causa que los incendios se propaguen, sino la falta de gestión, que permite la presencia excesiva de material combustible bajo las copas de los árboles y otros factores como velocidad del viento, humedad relativa, número de días seguidos sin llover, orografía… La gestión productiva y rentable reduce el riesgo de incendios.

El eucalipto beneficia la tierra en la que se planta

Cultivar madera con eucalipto mejora los suelos que se han abandonado y, o, están degradados porque el efecto beneficioso de los árboles invierte los procesos de degradación del suelo. Hoy en día es una alternativa forestal favorable, tanto desde el punto de vista ecológico como económico de los propietarios de los terrenos.

 

Además, el tronco del eucalipto apenas contiene un 25% del total de nutrientes recogidos por el árbol durante su crecimiento. El 75% restante es devuelto al suelo a través de la descomposición de hojas, cortezas y ramas, que son los restos de las cortas a los que se somete el eucaliptal cada 10-12 años.

 

Los cultivos forestales son, por tanto, una oportunidad para mejorar los recursos económicos de las poblaciones rurales, ofreciendo usos alternativos sostenibles.

El eucalipto, materia prima renovable y sostenible

Existe un importante destino industrial y comercial del eucalipto: fabricación de celulosa o pasta para papel, generación de energía renovable, madera como material de construcción sostenible, dinamización del medio rural y el sector forestal…

 

Además, el efecto beneficioso de los árboles invierte los procesos de degradación de los suelos que han sido abandonados por la agricultura y es una forma de recuperarlos, beneficiosa para la economía de sus propietarios y para el medio ambiente.

 

Los cultivos forestales son una oportunidad para mejorar los recursos económicos de las poblaciones rurales, ofreciendo usos alternativos sostenibles en terrenos de escasa calidad.

El eucalipto no es un árbol malo; ninguno lo es

En la Naturaleza no existen especies buenas o malas. No podemos referirnos a una planta como buena o mala, sino que el debate está en si hay una buena o mala gestión de un cultivo. El eucalipto no pretende sustituir a los bosques autóctonos, de hecho se ha plantado fundamentalmente en terrenos degradados sin árboles y la superficie de bosques autóctonos ha crecido ampliamente también en las regiones en las que se ha plantado eucalipto, como Galicia o Asturias. El cultivo de eucalipto, con una buena ubicación y un sistema de gestión sostenible y eficiente, invierte los procesos de degradación de los suelos que han sido abandonados por la agricultura y es una forma de recuperarlos, beneficiosa para la economía de sus propietarios y para el medio ambiente. Su explotación comercial genera importantes beneficios económicos en nuestro país.

La convivencia de los eucaliptos con otras especies

Cualquier plantación presenta menos biodiversidad que una formación natural madura. Eso no significa que los eucaliptos no puedan convivir con otras especies. Las copas abiertas de los eucaliptos permiten abundante paso de luz y el crecimiento de las especies arbóreas y arbustos en el mismo terreno.

 

En los eucaliptales sin gestión forestal, es habitual en el norte de España ver helecho común y otras especies como el tojo, el pino e incluso el roble, castaño y abedul creciendo conjuntamente con los eucaliptos. Esto es un claro indicador de suelo fértil. En el sur de España se da una importante regeneración natural del bosque autóctono en las zonas más propicias por suelo y clima, desarrollándose otras especies como la encina, alcornoque y pinos, por ejemplo.

El eucalipto reduce la presión sobre los bosques naturales

Comparados con otros cultivos forestales, e incluso con bosques naturales, el eucalipto cultivado es capaz de producir más cantidad de madera o biomasa de manera sostenible con el mismo consumo de recursos, satisfaciendo con eficiencia la creciente demanda de estas materias primas.

 

Las plantaciones reducen la presión sobre bosques naturales para satisfacer la demanda social de madera y biomasa.

 

Además, en los cultivos con eucalipto se desarrollan complementariamente muchos otros usos, perfectamente compatibles con la producción de madera: ganadería, uso cinegético, usos recreativos, actividad apícola, producción corchera, etc.

Las ventajas socioeconómicas del eucalipto

Cultivar eucalipto ayuda a fijar la población rural a través el empleo. Sólo la actividad forestal genera más de 6.000 empleos específicamente en el ámbito rural, estables y enraizados con su entorno, y un volumen de riqueza que supera los 300 millones de euros en impuestos, aportaciones a la Seguridad Social y salarios, así como en compras forestales y rentas a propietarios.

Solo el 3% de las masas forestales en España son de eucalipto

España no está siendo invadida por el eucalipto. Las plantaciones de eucalipto representan sólo el 3% de las masas forestales en España. A pesar de suponer tan poca superficie, es la especie forestal que más madera produce en España. El eucalipto da soporte a un sector industrial estratégico esencial y de primera necesidad.

Los cultivos de eucaliptos también aportan beneficio ecológico

Los cultivos forestales de eucalipto actúan como importantes sumideros de CO2 debido a su rápido crecimiento ayudando a frenar el cambio climático. Por cada m3 de biomasa producida, un eucalipto fija al año 1,9 t de CO2. Además, los cultivos de eucalipto colaboran en frenar la erosión del suelo y proporcionan cobijo a la fauna.

Debido a su rápido crecimiento y al poder calorífico de su biomasa, las plantaciones de eucalipto representan una gran oportunidad como fuente de energía renovable. De hecho, según estudios publicados por diferentes instituciones científicas, el eucalipto tiene más del doble poder calorífico que el chopo y la paulonia.

El eucalipto no invade nuestros montes

La superficie de eucalipto en España se ha establecido a través de la plantación de los propietarios forestales, por su capacidad de producir madera y su rentabilidad, que proporciona los ingresos necesarios para cuidar el monte y mantenerlo limpio. Su cultivo se ha desarrollado fundamentalmente por plantación en zonas desarboladas y degradadas, y no a costa de nuestros bosques autóctonos. Su implantación ha contribuido al crecimiento de nuestra superficie forestal arbolada (a la vez que ha crecido la superficie de bosques autóctonos). Por lo tanto, no es adecuado referirse a las especies de eucalipto utilizadas en nuestro país como especies invasoras, según los profesionales forestales de distintas instituciones españolas. Las plantaciones de eucalipto, como cualquier cultivo, cuentan con una menor biodiversidad asociada que los bosques naturales, pero similar a la de otras formaciones de especies autóctonas como las plantaciones de pino, y no afectan negativamente a la biodiversidad de su entorno por razón de la especie.